El fútbol mantiene su esencia. Pero van cambiando y evolucionando constantemente la parte técnica, física, táctica y estratégica. Por eso hay que preparase continuamente para los distintos cambios. Estudiar, investigar y utilizar todas las herramientas modernas para que los futbolistas sean lo más completos posibles. La idea de la nota es mostrar dentro de estos cambios cómo es la parte física de los infanto-juveniles. Un mundo que pocos conocen y que es fundamental para la formación de los futuros jugadores que lleguen a la Primera División.
Para que nos explique con los detalles más completos cómo es este tópico tan trascendente, convocamos a Pablo Lorenzo, Coordinador General de los Preparadores Físicos de las Divisiones Inferiores. Con 25 años de experiencia en la especialidad y habiendo pasado por todos los estamentos que requiere ser completo y tener todos los más amplios conocimientos para ser cualitativo a la hora de estar a la cabeza de un proyecto.
“Lo más importante es diferenciar el fútbol infantil de los juveniles y a su vez dividir el fútbol infantil de la AFA con lo que son las categorías preparatorias que llegan hasta la categoría 2012. Y las que juegan en la órbita de la AFA son la 2005 a la 2007. Ya dentro de esos dos rangos de edades habría que hablar de educación psicomotriz y no de preparación física. Y a partir de la Novena División, que sería entrar en atapa de competencia en juveniles, se hace foco en el trabajo de resistencia y fuerza en forma más específica. Y se entra en lo que sería más de lleno a la preparación física, que tiene distintas etapas que iremos explicando. Son distintos los trabajos también desde la Octava a la Cuarta División. Ahí ya los jugadores están en condiciones de afrontar el desafío de llegar a la Reserva o lograr el sueño de debutar en la Primera. Porque desde el punto de vista de la preparación física están completos y aptos para la alta competencia y ser profesionales”. Es la introducción que hace Pablo Lorenzo de cómo es la técnica de trabajo de la preparación física en las Divisiones Infantiles y Juveniles.
Preparación física en Divisiones Infantiles
Educación psicomotriz
6 a 8 años
Dos días de entrenamiento más competencia
Tareas: actividades lúdicas y de exploración. Etapa egocéntrica. Gran capacidad de imitar movimientos.
Objetivos: desarrollo de capacidades sensoperceptivas (son los espacios temporales).
Esquema corporal. Coordinación general. Formas básicas de movimiento. Habilidades motoras generales.
Aspecto técnico: conducción dominante.
8 a 10 años
Tres días de entrenamiento más competencia.
Edad de oro (poseen un alto nivel de incorporación de experiencias motoras).
Etapa de descentralización lenta. Desarrollo de la fuerza. Aumento de la velocidad y resistencia. Desarrollo de las capacidades coordinativas. Desarrollo de la resistencia especial al juego.
Aspecto técnico: pase dominante.
11 a 13 años
Cuatro días de entrenamiento más competencia.
Disparidad hormonal y física. Crecimiento óseo pronunciado. Reordenamiento del esquema corporal. Optimización de la coordinación (velocidad variada). Fuerza. Propio peso. Resistencia pura. Flexibilidad. Fundamentos técnicos generales.
Divisiones Juveniles
14 y 15 años.
Cinco días de entrenamiento más competencia.
Incremento del desarrollo hormonal. Consolidación de la personalidad. Reordenamiento de la coordinación perdida por el crecimiento. Enseñanza de ejercicios de fuerza de base y ejercicios dinámicos.
Propiocepción (es la percepción del propio cuerpo en diferentes posiciones, que se utiliza para prevenir lesiones y hacer trabajos de equilibrio sobre superficies inestables) y pliometría (está relacionada con la saltabilidad). Circuitos coordinativos complejos. Entrenamiento de la resistencia. Métodos continuos, intercalados e intermitentes.
Fundamentos técnicos-tácticos complejos.
16 a 18 años
Cinco entrenamientos más competencia.
Desarrollo hormonal casi completo. Entrenamiento de la fuerza. Potencia. Ejercicios derivados del levantamiento olímpico.
Manipulación de las cargas. Circuitos de fuerza, coordinación, pliometría y velocidad.
Entrenamiento de la resistencia. Métodos intercalados e intermitentes. Resistencia especial al juego. Incremento de la exigencia e intensidad.
Lorenzo explica caso por caso cómo es la preparación física de River. Es su segunda etapa en el Club con Gabriel Rodríguez. La primera fue desde 2006 hasta 2009. Y ésta que arrancó en 2014. También estuvo como preparador físico en Fenix (Primera D), en Infantiles, Juveniles y Reserva de San Lorenzo. En Infantiles y Juveniles de Independiente. En fútbol sala y deportes federados. En la Reserva de All Boys y tuvo la suerte de pasar por un interinato en la Primera de River y San Lorenzo, con el mismo Gabriel Rodríguez. Pasó por todos los lugares donde puede estar un preparador físico. Lo avalan 25 años de trayectoria y un vasto currículum para hablar con propiedad sobre la formación de los jugadores infanto-juveniles del Club.
Desarrolla cómo es el método de trabajo categoría por categoría: “Lo que sería categorías de fútbol infantil tendríamos que diferenciar dos grandes segmentos: el primero abarca a las tres categorías de la AFA, 2005, 2006 y 2007. Hay que remarcar que el 95 % de los trabajos se realiza con pelota. Principalmente se busca trabajar las capacidades coordinativas, la agilidad, el equilibrio y la velocidad. Y no se les dan tanta importancia las capacidades o cualidades físicas, como la resistencia, la fuerza. Eso se trabaja integrado con el elemento y con el propio peso del cuerpo. En las categorías 2008, 2009, 2010 y 2011 se busca trabajar en las capacidades sensoperceptivas, espacios temporales, trabajo de esquema corporal, del conocimiento del cuerpo. Todos los ítems que estamos mencionando se busca trabajar a través del juego. Es muy importante que el chico juegue y se divierta. Que vaya a un entrenamiento de fútbol, se divierta y a la vez aprenda. También es importante acompañar el perfil psicológico de cada edad. El chico que se dedica al fútbol sale un poco de la regla de lo que marcan los libros, porque viene de otro nivel socio cultural (medio y bajo) en su mayoría. También es importante la alimentación y los hábitos de cuidado. En River hay un grupo de nutricionistas y psicólogos que acompañan a los padres para que esto sea en conjunto. Lo que buscamos en el fútbol infantil es el engrama motor, que es como un tablero que tiene miles de lamparitas y esas lamparitas son movimientos que se pueden encadenar con otros. Lo que se busca es encender la mayor cantidad de lamparitas a la edad del fútbol infantil, para que después vayan dándoles más luz a las que se van a usar en el fútbol. El año pasado tuvimos la oportunidad de hacer una pretemporada de fútbol infantil: en el turno mañana realizaban cinco talleres deportivos (básquet, vóley, handball, natación y gimnasia deportiva). A la mañana desayunaban en el Club y también almorzaban. Después miraban una película relacionada con el fútbol y por último realizaban el entrenamiento formal. En definitiva, uno busca que a través de diferentes movimientos se amplíe su engrama motor y los enriquezca para que sean más completos”.
Novena División (categoría 2004): “Se trabaja más específicamente en la resistencia y la fuerza. Se aprenden todas las técnicas que se van a usar el día de mañana, ejercicios derivados del levantamiento olímpico, ejercicios de fuerza en el gimnasio, trabajos preventivos y una introducción a los trabajos excéntricos y en lo que es la parte de resistencia se comienzan a hacer trabajos de volumen puros, orientados a mejorar la capacidad cardiovascular y respiratoria”.
Octava División (categoría 2003): “Se empiezan a incrementar las cargas respetando el desarrollo madurativo de los chicos”.
Séptima División (categoría 2002): “Se trabaja con cargas programadas, a través de evaluaciones físicas de fuerza con porcentaje”.
Sexta División (categoría 2001): “Es un futbolista que ya trabaja con cargas medias y altas”.
“Nosotros tenemos a partir de Novena División, lo que es fútbol juvenil, una batería de evaluaciones físicas que constan de un yoyo test, que se encarga de evaluar los niveles de resistencia intermitente de los jugadores y nos da la velocidad aeróbica máxima de cada uno de ellos. Después tenemos un test de salto: que son tres saltos con una alfombra que nos da un perfil fisiológico del componente fibrilar de ese futbolista. Y un test de agilidad, acompañado de otro de composición corporal que se encarga el psicólogo. Con todo esto vamos haciendo un seguimiento de cómo va evolucionando cada futbolista”.
¿Van introduciendo constantemente cosas que a los jugadores los mejore cada vez más?
Introdujimos un trabajo que se hace con luces que ayuda a realizar ejercicios específicos de velocidad y reacción, de toma de decisiones con componentes cognitivos, de concentración y enfoque. Esto lo incorporamos en todas las categorías juveniles, ya que en el día de mañana si les toca llegar, no se encuentren con cosas que no conocen.
¿Qué parte juega la educación, además de la preparación física?
Es fundamental. Los chicos tienen que estudiar. Deben ir a la escuela y formarse. Que comparta con chicos de otra realidad social. Que se relacione con otra gente. Que abra la mente. Con el transcurso del tiempo se buscan futbolistas más inteligentes. Hoy el jugador está más expuesto. Y tiene que estar preparado en todos los aspectos. Física, técnica, psicológica y nutricionalmente. Y sobre todo, para que entienda lo que se le dice, que entienda el vocabulario. Que se sepa expresar y convivir.
El jugador de River tiene que ser distinto desde lo técnico. ¿También desde lo físico?
Exacto. El biotipo del jugador de River es distinto comparado con el de otros clubes. Acá los eligen por sus condiciones técnicas y destreza en el juego. Y generalmente se da que es un jugador más pequeño físicamente, pero más coordinado. En la preparación física tenemos que buscar que cada jugador logre su máximo rendimiento en el fútbol. Uno no puede moldear un físico para el lado distinto que tiene que ir. Hay que potenciar sus virtudes y su biotipo. Hay que potenciarlos físicamente en base a sus condiciones técnicas.
Vos se lo tenés que entregar lo más completo posible para que pueda jugar en Reserva y Primera.
Nosotros tenemos comunicación con Pablo Dolce y Javier Cerdán, que es el profe de la Reserva, tenemos un estilo de trabajo similar y estamos alineados. No es fácil pararse a entrenar con la Primera División. Es algo muy fuerte psicológicamente. Yo digo que hay que ser fuerte mentalmente, porque la cabeza maneja todo. Y hay momentos en la vida de un deportista que debe estar preparado para convivir con esa presión. El gasto físico se potencia cuando uno está muy tensionado y una carga emotiva alta. Es un proceso lógico que tiene que llevar. La adaptación de sentarse al lado de un futbolista de Primera División, compartir un entrenamiento. Allí pasa a un plano totalmente distinto, que solamente lo da estar ahí. Convivir ese mundo profesional, lo único que hace superarlo es estar ahí. Ya ahí juega la personalidad de cada uno.